Capitulo 58

El asesino reencarnado es un genio de la espada

Capítulo 58

— ¿D-Dijeron que esos niños fueron tomados como rehenes por los bandidos? —

Los ojos azules de Burren se abrieron como platos, casi lo suficiente como para salirse de su cabeza.

— ¡Rescatar a los rehenes significa que han encontrado a los bandidos! ¡Dejen de mentir! —

Martha dirigió su mirada hacia Raon, diciéndole que dejara de decir tonterías.

Ellos dos, no, todos los aprendices en el punto de apoyo estaban atónitos, incapaces de creer que habían logrado rescatar a los rehenes de los bandidos.

— Piensen lo que quieran. —

Raon se rio y acercó a los niños a la hoguera.

— Descansen aquí por ahora. —

Dejándolos acomodarse frente al fuego, les dio un poco de la carne seca que Sylvia y Helen le habían preparado.

— Pueden comer esto por ahora. —

— G-Gracias. —

— Grachias. —

El chico bajó la cabeza y la chica lo copió, bajando también la cabeza.

Los dos niños empezaron a mordisquear la cecina. Sus ojos estaban llorosos de tristeza.

— Dorian. —

— ¿Eh? ¡Sí! —

— ¿Tienes una manta? Una limpia. —

— Por supuesto que sí. —

— Gracias. —

Dorian sacó una larga manta verde del bolsillo de su abdomen. Raon cubrió los hombros de los niños con la manta.

— Coman esto también. —

Runaan se encontró con los ojos de los niños, al arrodillarse. Sacó la caja de helado de su mochila, abrió la tapa y se la entregó.

Los dos últimas bolas de helado restantes. Además, aunque había dejado sus sabores favoritos para el final, no hubo vacilación en su gesto.

— ¿Qué es esto? —

La chica inclinó la cabeza.

— Es helado. —

Runaan les dijo que era fresco y delicioso, y limpió la mano de la niña antes de darle el helado.

— ¡Oooh! —

La niña gritó después de intentar tocar el helado con la lengua. Por supuesto, fue un grito agradable. Usando su pequeña lengua, comenzó a lamer el helado como un gatito.

— ¡Guau! —

Los ojos del niño estaban muy abiertos después de morder. Sin embargo, le dio el resto del helado a su hermana pequeña en lugar de terminarlo.

Raon se humedeció el labio mientras observaba a los dos niños. Se sintió amargado.

“Se convirtió en un adulto.”

Al igual que con los bandidos, estaba pensando en su hermana pequeña antes que nada. Parecía que el niño que había perdido a sus padres ya se había convertido en un adulto.

Raon pensó que lo tenía mejor que su vida anterior, donde solo podía seguir las instrucciones de Derus Robert, y tocó ligeramente el hombro del niño.

[Eh. De hecho, logró vencer la tentación del helado, una a la que incluso el Rey de la Esencia sucumbió. Va a crecer espléndidamente, ponlo de tu lado. Me gusta.]

Ira murmuró que quería mantenerlo como su subordinado.

— ¡Sniff! —

Raon levantó la cabeza y escuchó un sonido de olfateo. Dorian miraba a los niños con los ojos llorosos.

— Coman esto, y esto. ¡Cómanlo todo! —

Sacó todos sus aperitivos favoritos del bolsillo de su abdomen, y los amontonó frente a los niños. Era un tipo de buen corazón.
— Rescatar a los niños es una cosa, pero tenemos que ocuparnos de los bandidos. Estoy seguro de que intentarán huir una vez que se den cuenta de que los rehenes han sido rescatados. —

— Sí, ¿Dónde están esos bastardos? Voy a romperle el cuello a esa basura humana, sin excepciones. —

Mientras Raon observaba a los niños comer, Burren y Martha se acercaron con ojos febriles y enojados, respectivamente. Tocaron las vainas de sus espadas, indicándole que los llevara ya a donde estaban los bandidos.

— No necesitamos hacerlo. —

— ¡¿Qué quieres decir con que no necesitamos hacerlo?! Tenemos que terminar la misión correctamente... —

— ¿Que está pasando aquí? —

Cuando Burren estaba a punto de discutir, Rimmer y los instructores salieron de un arbusto en dirección a la montaña. Solo faltaban tres instructores, los que se habían quedado para limpiar las huellas de los bandidos.

— ¿Por qué hay niños aquí? —

Los instructores, incluido Rimmer, inclinaron la cabeza y fingieron no saber nada.

“¡Aunque ya lo saben todo!”
Raon arrugó la boca. No podía discernir el posicionamiento exacto de Rimmer, pero ciertamente lo estaba cuidando.

— Ya lo saben. —

— ¿Qué quieres decir? —

Rimmer se encogió de hombros, fingiendo ignorancia.

— Los salvamos con Raon. —

— ¿Salvaste a esos niños? —

— Sí. —

— ¿Cómo? —

— ¿No te lo dijeron los otros instructores? —

— Ah, ahora que lo pienso, faltan tres. ¿A dónde fueron? —

— Haa, te lo explicaré. —

Raon suspiró y se levantó. Rimmer parecía querer que lo explicara delante de todos.
— Encontramos las huellas de los bandidos frente a un bosque dentro de las colinas y comenzamos a perseguirlos. Había rastros muy pequeños, pero logramos encontrar a los bandidos en lo profundo del bosque después de rastrearlos y… —

Explicó en detalle todo lo que sucedió ese día.

— Así es como matamos al líder del Tigre de las Nieves y rescatamos a los niños. —

El silencio llenó el lugar cuando terminó su explicación.

— T-Tonterías… —

Burren tragó saliva.

“¿Cómo pudo realmente terminar la misión mientras yo estaba cavando el hoyo equivocado...?”

Raon decía que había rescatado a los rehenes y aniquilado a los bandidos, mientras él perdía el tiempo. Era una historia increíble, pero no tuvo más remedio que creer, considerando las circunstancias.

— ¡Maldición! —

A pesar de perder en combates y entrenamientos, había decidido obtener mejores logros durante la misión al menos. Fracasó una vez más.
No, fallar era un eufemismo. Ni siquiera podía igualarlo. Al darse cuenta de lo patético que era, despreció su arrogancia en el pasado.

— ¡Mierda! ¡Maldición! —

Martha se dio la vuelta y golpeó un árbol. Arrancó la corteza del árbol, y esta cayó al suelo.

“Eso no es una mentira.”

Por lo que había visto hasta ahora, Raon no era alguien que mentiría. Estaba segura de que Raon realmente había rescatado a los rehenes y exterminado a los bandidos, Runaan y él, solos.

“¡Maldita sea!”

Al darse cuenta de que Raon y Runaan estaban arriesgando sus vidas, mientras ella discutía con Burren como una niña, se sintió tan frustrada que quiso llorar.

“Quería acabar con ella.”

Quería cancelar su promesa de seguir a Raon, completando la misión a la perfección, pero sufrió una derrota total. No había lugar para las excusas.

— Haaaa... —

Reconociendo su pérdida, Martha suspiró profundamente.

— ¿É-Él aniquiló a los bandidos por su cuenta? —

— Y él mismo los rastreó, luego también rescató a los rehenes... —

— En serio, ¡¿Qué diablos es él?! —

Las barbillas de los aprendices temblaron. Todos miraban a Runaan y Raon, sin poder ocultar su sorpresa.

— ¿Es eso cierto? —

Uno de los instructores se acercó a Raon. Parecía que realmente no sabía nada de eso. Debe haber estado vigilando a los demás.

— El poder del líder del Tigre de las Nieves está en el nivel medio-alto de Usuarios de Espada. ¿Cómo pudiste ganar contra él? ¿Estás seguro de que no fue un error? —

— No lo es. —

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —

— Puedes comprobarlo por ti mismo. —

Raon señaló la bolsa, que podría llamarse su botín de guerra.

— Mmm. —

El instructor asintió y abrió la bolsa.
***
Pelo rojo y una gran cicatriz alrededor del ojo.

Coincidía con la apariencia del líder del Tigre de las Nieves, que le habían dado cuando aceptó la misión. Sus manos temblaban violentamente mientras miraba a Raon.

— ... No hay ninguna duda. —

El instructor tragó saliva y se volvió hacia Raon.

— Hmm... Fue solo una verificación para la misión, así que no te ofendas. —

— Por supuesto. —

Cuando Raon asintió, el instructor asintió y volvió con Rimmer.

Probablemente Rimmer le obligó a hacer eso.

A juzgar por la mirada juguetona de Rimmer, Raon se dio cuenta de que él era el que estaba detrás. Probablemente fue para convencer a aquellos que no podían creerlo o dudaban de él.

Como resultado, las miradas de los aprendices hacia él y Runaan estaban llenas de admiración y asombro.

“Me pregunto por qué.”

Rimmer había sido amable con él, más de lo que debería haber sido un instructor. Dado que era tan diferente del instructor en su vida anterior, honestamente no podía entender por qué.

— Entonces, ¿La misión ha terminado? —

— Pero no hemos hecho nada todavía... —

— Hmm, ¿Realmente podemos irnos ahora...? —

Los aprendices estaban contentos de poder regresar a sus hogares y descansar tranquilos, pero también parecían preocupados, ya que no habían hecho nada durante la misión.

— No estén tan deprimidos. —

Rimmer sonrió, mirando a los incómodos aprendices.
— Es bastante raro que alguien complete hábilmente su primera misión. Estos instructores también siguieron cometiendo errores o no pudieron hacer nada durante su primera misión. —

Los instructores asintieron, confirmando lo que dijo.

— Entonces, ¿Qué pasa con Raon y Runaan? —

— Sí. Terminaron la misión por sí mismos. —

— Bueno, ya saben, esas son las personas raras a las que llamamos monstruos. Ya deberían estar acostumbrados a ellos, ¿No? De hecho, también lo hice muy bien en mi primera misión. Fue una gran conmoción. Me abalancé hacia los enemigos, sosteniendo una sola espada... —

Rimmer se rio y comenzó a describir su actuación, en su primera misión.

[La historia de ese bastardo ni siquiera es sorprendente. En el Reino Demoníaco, el Rey de la Esencia congeló un castillo entero durante su primera batalla. Se convirtió en una leyenda durante todo el Reino Demoníaco...]

— Haa... —

Raón negó con la cabeza. Sus tímpanos comenzaron a doler por lo mucho que hablaba Ira.
***

Rimmer anunció la finalización de la misión y dijo que regresarían a la casa al día siguiente.

Los aprendices inmediatamente comenzaron a preparar la comida y Runaan, que ya se había acercado a los niños, comió con ellos.

Mientras Raon cenaba solo, Rimmer se acercó a él.

— Buen trabajo. —

Sosteniendo el tazón lleno de ingredientes sólidos, Rimmer se sentó a su lado.

— Bueno, esa era la misión. —

— Hay innumerables personas, que no pueden completar una misión a pesar de estar calificados como espadachines, por lo que lo hiciste muy bien en comparación. Sin embargo, podrías haberlo hecho mejor en algunos aspectos. —

Rimmer sirvió la sopa y se la comió. Murmurando que sabía mal, dejó el cuenco a un lado.

— Los bandidos no son oponentes fáciles como en las historias. Pueden utilizar la montaña tan bien como los elfos, y su salvajismo no pierde ante los orcos. Son aún peores si pertenecen o pretenden unirse al Sindicato Sur-Norte. —

— Sí. —
Raon asintió en silencio.

— La decisión de salvar a los niños funcionó, pero si tuvieran un guerrero por encima del nivel de Experto, tú y Runaan habrían muerto en su lugar. —

— Entonces, nos estabas vigilando después de todo. —

— Bueno, simplemente sucedió. —

Rimmer sonrió y continuó.

— Lo hiciste muy bien hoy. Sin embargo, en el futuro debes decidir si actuar solo o llamar a las otras personas después de confirmar el número y el poder de los enemigos, así como la presencia y el estado de los rehenes. Ya que eres el mejor aprendiz, deberías mejorar tu capacidad de toma de decisiones. —

No estaba equivocado. Raon tenía innumerables experiencias matando, pero tuvo algunos fallos, ya que era la primera vez que tenía que rescatar rehenes.

Dado que iba a tener aliados con él, con más frecuencia de lo que estaría solo mientras estuviera con Zieghart, era importante mejorar su toma de decisiones en consecuencia.

— No necesitas sentirte abatido. Ya que tú y Runaan, eligieron el mejor curso de acción, crecerán espléndidamente en el futuro. —

— Gracias. —
Rimmer levantó los pulgares. Raon cerró los ojos en silencio y aceptó su cumplido.

— Ah, y esos niños serán llevados a la casa. Aparentemente, no tienen adónde ir ya que toda su familia está muerta. —

— Ya veo… —

Raon removió el suelo. Se sentía extrañamente amargado, a pesar de ser el asunto de un extraño.

— Dado que se acercaron a Runaan, voy a preguntar si la Casa Sullion puede acogerlos. —

— Eso estaría bien. —

Los niños escucharon a Runaan, así que les pareció una buena idea.

— Raon Zieghart. —

Cuando estaba a punto de comer la sopa para calmar su mente amarga, Burren, que ya había terminado de comer, se acercó a él y abrió la boca haciendo un puchero.

— Lo admito. Hoy fue mi derrota completa. Tú y Runaan terminaron la misión, mientras yo estaba tan equivocado como un reloj roto. ¡Sin embargo! —
Levantó su puño tembloroso.

— No me rendiré. Te alcanzaré algún día, incluso si eso significa que tengo que deshacerme de miles de zapatillas de entrenamiento. —

— Oh… —

Sin siquiera esperar la respuesta, Burren se dio la vuelta. Regresó con los aprendices, así como así.

— ¿Qué fue eso? —

¿Por qué zapatos de entrenamiento?

Como no podía entender de qué estaba hablando, decidió seguir comiendo y tomó su cuchara. En ese momento, un resoplido salió de la columna de madera a su lado derecho. Era Martha. Estaba cruzando los brazos con una expresión fría en su rostro.

— Patético. —

Sin especificar de quién estaba hablando, se adentró en el bosque.

— Tu vida está llena de problemas. —

Rimmer sonrió y dejó el cuenco. A pesar de quejarse de su sabor, el cuenco estaba completamente vacío.

— ¿De quién crees que es la culpa? —

Raón frunció el ceño. Él fue quien incitó a los aprendices al instigar a un instructor. Sin embargo, estaba hablando como si no supiera nada al respecto.

— ¿De quién es la culpa? —

Rimmer soltó una risita y volvió a preguntar.

— Necesitan rivales para crecer adecuadamente a su edad. Se convertirán en aliados confiables en el futuro, así que llévense bien con ellos. —

Después de decir eso, desapareció con un viento verde.

[Rivales, ¿Eh…?]

Tan pronto como Rimmer se fue, Ira salió del brazalete.

[El Rey de la Esencia también tenía seis rivales. El más fuerte obviamente era el Rey de la Esencia, pero no eran tan malos...]

— ... —

Raon suspiró y amontonó los tazones vacíos.

“¿Por qué hay tantos locos a mi alrededor...?”
***
Raon y los alumnos regresaron a la casa en una semana. Algunos aprendices estaban preocupados por el hecho de que no hicieron nada durante la misión, pero en su mayoría estaban felices porque podían descansar cómodamente una vez más.

¡Retumbar!

La puerta principal de Zieghart, que se parecía a capas de torres de acero, se abrió majestuosamente. Mientras el guardián los dejaba pasar, un hombre grande de más de dos metros de altura salió del interior. Era Illiune, el ministro de Relaciones Exteriores.

— Runaan Sullion, Raon Zieghart. —

Sus ojos brillaron cuando llamó a Raon y Runaan, que estaban de pie en la parte de atrás.

— El jefe de la casa los ha convocado a ustedes dos. Prepárense para presentarse en la mansión del señor inmediatamente. —

— ¿Hemos sido convocados? —

Raon frunció el ceño y miró a Runaan, que sostenía las manos de los niños. Runaan tampoco parecía saber la razón cuando inclinó la cabeza.

— No tienen que sorprenderse. —

El ministro de Relaciones Exteriores, Illiune, mostró una sonrisa refrescante.

— Premiar a los aprendices más exitosos en su primera misión, es una costumbre de Zieghart. —

— Así es. No necesitan estar nerviosos ya que él debe estar llamándoles para felicitarles. —

Rimmer parecía un poco emocionado mientras asentía, murmurando que no era gran cosa.

Sin embargo, había una cosa que ni Rimmer ni Illiune habían mencionado.

Felicitar a los aprendices que lo hicieron bien en su primera misión, había sucedido antes, pero llamarlos a la mansión del señor nunca había sucedido.

Capitulo 58

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