Capitulo 8.2

Maldita reencarnación (Novela)

El gimnasio, el cual fue rociado con vómito por Cyan ayer, se encontraba ahora limpio y ordenado. Por supuesto, quien lo limpió fue Nina.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Eugenio preguntó.

“Te estaba esperando.” Ciel estaba de pie en el gimnasio. Ella sonrió mientras agitaba su mano hacia él y dijo, “¿Viniste aquí después de comer, cierto? Aún puedo oler la carne.”

“Pero me cepillé mis dientes.”

“¿Cual es el punto si solo limpias tu boca? El olor proviene de todo tu cuerpo.”

“¿No es el olor a estiércol de vaca?”

“Eso es algo que mi hermano dijo. Yo nunca dije que olieras a estiércol de vaca. También, yo ni siquiera sabría cómo huele el estiércol de vaca.”

“¿A qué otra cosa podría oler el estiércol de vaca? Es estiércol. Si no lo sabes, puedes tener un soplo de tu propia mierda.”

“Que sucio.”

“¿Así que porque me estabas esperando aquí?”

Nada ocurrió ayer, pero ¿Podría ella realmente venir aquí simplemente un día para bromear con él? Eugenio entrecerró sus ojos y observó a Ciel.

“Vine aquí a entrenar contigo.” Ciel respondió, riendo. “Incluso tengo puedo mi uniforme de entrenamiento, ¿Ves?”

“Se ve cool.” Eugenio comentó casualmente mientras miraba la ropa que Ciel llevaba puesta.

Su uniforme de entrenamiento tenía el Lionheart bordado en su pecho derecho, declarando ser descendencia de la línea directa.

‘Y por supuesto, no hay león en la ropa que me dieron.’ Eugenio pensó antes de decir “¿Simplemente dejaste a tu hermano solo en algún lado solo para venir aquí?”

“Mi hermano está entrenando con Hazard. ¿Sabías? Ayer, mi madre se puso furiosa por tí. Abofeteó a mi hermano más de 10 veces.”

“¿De verdad le golpeó?”

“Mhm”
Eugenio parpadeó ante las noticias, y estaba tan seguro de que el chico había crecido sin experimentar amor duro.

“¿Pero porque no intentó abofetearme a mi?” Eugenio preguntó.

“¿Porque te abofetearía mi madre?” Ciel parecía confundida.

“¿No dijiste que le pegó a tu hermano porque la enfadé?”

“Ummm.. eso es cierto, pero mi madre está enfadada porque mi hermano te retó a un duelo, y entonces tú lo derrotaste.”

“No, pero… al final, es por mí que ella se enfadó, ¿verdad?”

“Podrías decir que es así.”

No importaba que tan precioso, un niño sigue siendo un niño; Eugenio entendió ahora este hecho.

“... ¿Sabe tu madre qué has venido aquí?” Eugenio cambió de tema

“Ella lo sabe. Mi madre dice que debería de acercarme a ti.” Ciel confesó sin dudarlo.

‘¿Por qué diría ella tal mierda de tratar de hacerse cercana a mi cuando fui quien la enfadó tanto que abofeteó a ese mocoso en la cara?’ Eugenio apenas sofocó un grito antes de que pudiera salir de su boca.

Después de todo, ¿Cómo podría una niña como Ciel saber que planeaba la segunda señorita de la familia principal?

“...Está bien.” Eugenio finalmente reconoció.

“¿No dijiste ayer que podíamos ser amigos porque teníamos la misma edad?” Ciel sacó las palabras que Eugenio dijo el día anterior.

“Pero tu hermano dijo que solo porque tengamos la misma edad, eso no significa que seamos amigos.”

“Eso es solo algo que mi hermano dijo. No es como si estuviera de acuerdo con él. Así que, ¿No quieres ser mi amigo?”

“...Bien, seamos amigos. Así que, amiga, ya que voy a estar entrenando, ¿Porque no vas a jugar por ahí en lugar de molestarme?”

“¿Jugarás conmigo?

“Noooo, estaré entrenando.”

“Entonces también entrenaré.”

‘Simplemente rindámonos e ignoremosla. Debería haber hecho eso desde un inicio.’ Eugenio pensó con un chasquido de lengua mientras se dirigía al trastero del gimnasio en la esquina del salón.

“Balanceaste una lanza ayer. ¿Balancearás una lanza hoy también?”

“Nope.”

“¿Entonces que? ¿Un cuchillo?”

“Para empezar, voy a sudar.”

Eugenio abrió la puerta del trastero de un golpe. Luego dentro del almacén, que estaba cubierto de montañas de polvo hasta ayer, ha sido limpiado diligentemente por la noche. Era obvio quien lo había hecho. Parece que Nina pasó la noche entera limpiando.

“Esto es justo lo que me gusta ver.” Eugenio repitió con un murmullo mientras entraba en el trastero.

No solo el polvo había sido barrido, sino que todo había sido organizado y limpiado. Eso era especialmente para los sacos de arena, ya que su superficie era más suave y se veían más pesados que ayer. Además, parecía que su cuero había sido pulido e incluso la arena de dentro había sido rellenada.

‘... Aún así, no hay mucho aquí para empezar, así que no hay nada que llame mi atención.’

Por alguna razón, Eugenio tenía ganas de hacer trabajo con las hachas hoy. Incluso si no hubieran hachas aquí. Eventualmente, Eugenio salió del trastero, solo llevando un montón de sacos de arena.

“¿Qué hay de tu arma?” Ciel preguntó.

“Voy a estar trabajando en mi cuerpo.” Eugenio explicó.

Eugenio se sentó en el suelo y empezó a atarse sacos de arena a sus extremidades. Ciel lo miró por un momento antes de dirigirse al trastero y volver con algunas bolsas de arena también.

“Lo quiero hacer contigo.” Ciel dijo
“¿Porque querrías hacerlo?”

“Porque sería aburrido simplemente observarte.”

“Haz lo que te plazca.”

Eugenio se levantó, su cuerpo cubierto en bolsas de arena. Entonces empezó a correr repentinamente por el interior del gimnasio.

‘...Es pesado.’ Ciel pensó mientras se tambaleaba sobre sus pies.

El maná que generó en el centro de su cuerpo comenzó a circular por su cuerpo, aumentando su fuerza en el proceso. Ciel solo pudo mover su cuerpo de la forma en la que deseaba tras hacer esto.

‘¿Así que él puede simplemente correr así solo con su cuerpo?’

Los ojos incrédulos de Ciel siguieron a Eugenio por la habitación. Eugenio acababa de empezar a correr pero ya había terminado la primera vuelta del gimnasio incluso mientras respiraba profundamente. Ciel permaneció donde estaba por unos momentos, esperando a que Eugenio volviera para que pudieran correr juntos.

“¿Realmente no has entrenado tu mana?” Ciel sintió como si tuviera que preguntar

“Ya te dije que no lo hice. Deja de hablar conmigo.”

“Qué impresionante…¿Cómo puedes correr con todo eso cuando no has entrenado tu maná?”

“Deja. De. Hablar. Conmigo.” Eugenio le espetó con una mirada furiosa.

En respuesta a esto, Ciel le sacó la lengua y procedió a permanecer en silencio.

* * *

Nina volvió de la casa principal, siguiendo las órdenes de Eugenio. Ella secretamente se preparó para recibir las amargas críticas de los otros sirvientes de la propiedad, pero sorprendentemente no trataron a Nina duramente.

—¿Fue el maestro Eugenio quien te dijo que preguntaras esto?

—Sí.

—Entiendo. Hoy, cuando pase el mediodía…
A pesar de que mostraron signos de cautela, ellos respondieron educadamente todas sus preguntas. Mientras permanecía confundida por este hecho, Nina se dirigió al gimnasio del anexo.

“... Señorita Ciel? Nina preguntó, su mandíbula cayendo al verla.

“Oh, hey sirvienta.” Ciel la saludó casualmente.

“Su nombre es Nina.” Eugenio le informó.

Ciel se corrigió a sí misma. “Hey, Nina.”

Ciel sonrió mientras se balanceaba sobre un cuerpo oscilante. Ella se encontraba sentada en la espalda de Eugenio mientras sujetaba una brazada de bolsas de arena.

“B-Buen día señorita…”

Nina inclinó su cabeza tardíamente. Pero incluso cuando lo hizo, secretamente miró hacia arriba para ver qué estaba haciendo Eugenio. El sudor goteaba de su cuerpo como lluvia, él estaba intensamente concentrado en hacer flexiones.

“... ¿En qué número estás ahora?” Ciel preguntó.

“Noventa y ocho, noventa y nueve, cien.” Eugenio gruñó. “Ahora bájate.”

¡Boom!

Ciel tiró las bolsas de arena a un lado y se bajó de la espalda de Eugenio. Eugenio entonces colapsó sobre el suelo, tumbado boca abajo mientras recuperaba el aliento.

Una vez paró de jadear, Eugenio preguntó, “...¿Lo descubriste?”

“¡Sí!” Nina contestó, asintiendo con su cabeza. “¿De-Debería traerle agua antes?”

“No, solo dime ahora.” Eugenio insistió, aún tumbado boca abajo.

“Se espera que los maestros Deacon, Hansen y Juris lleguen pronto esta tarde.” Nina respondió rápidamente. “También, los maestros Gargith y Dezra llegarán mediante el portal de teletransporte alrededor de la cena.”

“Y pensar que estaba curioso sobre lo que estabas investigando.” Ciel dijo con una risa mientras pinchaba a Eugenio en la espalda. “Podrías simplemente haberme preguntado, ¿Así que porqué no lo hiciste?

“Ya había enviado a Nina para que lo investigara, así que si lo escuchaba de ti primero, eso significa que envié a Nina a hacer un recado sin sentido.” Eugenio justificó su decisión.

“¿Por qué importa eso?” Ciel preguntó.

“Y porque estábamos en mitad del entrenamiento.” Eugenio continuó, ignorando su pregunta.

Él era demasiado perezoso como para discutir con ella. Eugene recogió su cuerpo extendido y se empujó a sí mismo para sentarse.

“Así que dices que tres personas llegarán en carruaje, ¿Y que luego otras dos llegarán mediante el portal de teletransporte?” Eugenio confirmó.

“Sí.” Dijo Nina.

Empezando por cómo llegaron aquí, los últimos dos estaban recibiendo un tratamiento claramente diferente. Pero incluso Eugenio sabía la razón de esto. Esos dos eran los vástagos de unas familias de alto rango entre las líneas colaterales.

“No sabes quienes son Gargith y Dezra, ¿Lo sabes?” Ciel dijo.

“Conozco sus nombres, pero nunca los conocí antes.” Eugenio reveló.

“Esos dos son bastante fuertes a pesar de ser descendientes de las líneas colaterales.”

“Sé que sus familias son bastantes poderosas. ¿Qué hay de los otros tres?”

“Ni siquiera sé de dónde vienen, ellos son similares a ti en ese sentido. Ah, pero claro, tú eres mucho más fuerte.”

Parece ser que esos tres también provienen de pequeñas familias de la líneas colaterales.

Poniendo esos tres a parte, Eugenio preguntó. “...¿Qué hay de Gargith y Dezra? ¿Los conociste antes?”

“Ellos vinieron a la fiesta del décimo cumpleaños de mi hermano y yo.”

“¿Qué clase de personas son?”

“Gargith no es divertido. Es un año mayor que yo… Dezra es más joven que yo, pero eslla tampoco es muy divertida.”

Diciendo que no eran divertidos, ¿Quería decir que no puede molestarlos?

Eugenio tomó un segundo para organizar sus pensamientos. ‘Tres de la línea directa y seis de las líneas colaterales, incluyéndome a mi.’

Incluso si le dijeron que todos llegarían sobre el cuarto día como mucho, parece que todos se iban a reunir antes de lo esperado.

“¿Sabes cuándo va a empezar la ceremonia de continuación de la línea de sangre?” preguntó.

“Como empieza una vez todos nos hemos reunido… ¿Quizás hoy?” Ciel contestó.

“Probablemente mañana. Porque no es como si realmente empezarán de inmediato. Así que, ¿Qué forma tendrá la ceremonia de continuación de línea de sangre este año?”

“No sé.” Ciel dijo negando con la cabeza.

“No me mientas.” Eugenio gruñó.

“Realmente no sé.” Ciel hizo pucheros. “Es una tradición que el cabeza de familia decida cómo será la ceremonia de continuación de la línea de sangre. Pero debido a que mi padre no se encuentra aquí ahora… Hmmm… Pero mi madre dijo que volvería pronto. De todos modos, realmente no lo sé.”

Eugenio no podía creer su palabra completamente. Ya que era un descendiente directa de la familia principal, ¿No debería de haber escuchado al menos algo?

‘... Padre dijo que en su época, doce personas competían en un torneo.’ Eugene recordó. ‘Y en la última Ceremonia de continuación de la línea de sangre, los participantes tenían que deambular por un bosque durante diez días.’

Cada vez la forma de la ceremonia cambiaba, pero la esencia siempre era la misma. La ceremonia de continuación de línea de sangre estaba hecha para juzgar justamente la cualidad de las futuras generaciones que heredarán el nombre de Corazón de León. Pero desafortunadamente, a pesar de que eso era lo que se intentaba, la vida no era justa. Al final, los niños de la familia principal, quienes entrenaron su mana desde la infancia, eran los que sobresalen durante la ceremonia de continuación de la línea de sangre.

Desde que Eugene escuchó por primera vez sobre la ceremonia de continuación de la línea de sangre, él pensó que era una tradición extraña.

Como tal, había prometido personalmente cambiar las tornas en la familia principal durante la ceremonia de continuación de la línea de sangre.

‘Vermut, no sientas pena por ellos una vez termine de jugar con tus descendientes.’ Eugene le habló a Vermut en su mente, quien probablemente ya estaba en el cielo, mientras levantaba su rígido cuerpo del suelo. ‘Después de todo, no es como si hubiera querido reencarnar como tu descendiente.’

Capitulo 8.2

Maldita reencarnación (Novela)