Capitulo 256

La vida después de la muerte (Novela)

Capítulo 256: Núcleo

—Es una locura, no va a funcionar.

—De hecho, creo que podría si dejas de fastidiar de manera tan insistente. —bromeé flexionando los dedos de mi brazo recién regenerado.

Regis balbuceó mientras se colocaba frente a mi cara. —Oh lo siento, ¿Mi genuina preocupación de que te lleves a explotar tu mismo te está molestando?

Lo ahuyenté. —Sí.

La cabeza negra y ahumada de mi compañero flotante chisporroteó de ira. —De todos modos, ¿Por qué intentarías tal cosa? ¡Acabas de exterminar a un jefe oculto de este nivel con un puñetazo! Creo que ya eres lo suficientemente fuerte.

—No puedo confiar en mantener mi cuerpo por medios temporales como comer esencia de éter de los monstruos.

—¿Entonces tu plan es formar tu propia fuente de energía? Vaya, me pregunto por qué los sabios y poderosos dragones del Clan Indrath no han pensado en algo así... ¡Oh, espera, claro que lo han hecho!

—Sí, recuerdo la historia de los ancianos del Clan Indrath que intentaron formar un núcleo de éter puro dentro del cuerpo de un miembro infantil del clan que nació sin núcleo, de hecho, acabas de decir cómo terminó.

—¿Y qué aprendimos de esa historia? —Regis preguntó como si estuviera hablando con un niño chiquito.

Suspiré. —Que el bebé terminó en una muerte sangrienta.

—Entonces, ¿por qué intentarías hacer eso? —Regis se enfureció.

—Porque no tengo otra opción si quiero ser más fuerte, no quiero depender de recargas de poder temporales como lo es consumir la esencia de éter de otras formas de vida, para empezar eso es algo que ni siquiera puedo controlar y viste lo rápido que se agota de mi cuerpo incluso cuando no estoy peleando.

—¡Esa no es razón para suicidarte!

—Regis —miré fríamente a los ojos del fuego fatuo negro. —Estoy seguro de que sabes esto porque fuiste alimentado con mis recuerdos, pero apenas he sido capaz de luchar contra los sirvientes mientras que las guadañas están en otra liga. No estoy pensando en sobrevivir en esta mazmorra, ruina infernal o lo que sea que sea este lugar. Estoy buscando obtener fuerza que pueda ponerme por encima de ellos o por lo menos al mismo nivel de los asuras; de lo contrario, salir de aquí solo significa darle al enemigo otra oportunidad de derrotarme.

Regis permaneció en silencio mientras me miraba pensante, su expresión mezclaba frustración y preocupación.

Finalmente, dejó escapar un suspiro. —Bien, dejando de lado el hecho de que puedes comer éter, ¿por qué crees que tu intento será diferente al que intentaron los asuras?

—Estás olvidando que fui responsable de formar prematuramente mi propio núcleo de maná cuando tenía tres años; se me ocurrirá algo.

***

El primer paso de mi plan era pasar algún tiempo estudiando de cerca a las quimeras; estudié cómo la esencia de éter se había unido al cadáver de la quimera; a pesar de que la quimera no podía controlar ni manipular el éter, a diferencia de mi propio cuerpo, no hubo fugas de la esencia.

Utilizando la percepción única de éter que me rodeaba, realicé experimentos en el cadáver.

Debido a que había sido asesinado, el éter no intentó activamente regenerar las partes destruidas del cadáver de la quimera; en cambio, parecía que estaba en un estado de casi suspensión.

Las heridas que le había infligido al cadáver después de la muerte no se estaban regenerando, y aunque hubo una pérdida de esencia etérica de la herida, no hubo fugas más allá de eso.

—Regis, intenta entrar en la quimera y absorber el éter directamente. —dije sin apartar los ojos del cadáver.

—Bueno, no pude hacerlo cuando estaba vivo, pero nunca lo probé en una quimera muerta —respondió Regis flotando hacia el cuerpo gigante.

Sin embargo, en lugar de hundirse dentro de la superficie del cadáver de la quimera, rebotó.

Regis dejó escapar un gruñido de dolor por el impacto antes de volverse hacia mí. —¿Satisfecho?

—No particularmente. —respondí sin siquiera molestarme en mirarlo mientras continuaba estudiando el flujo de éter alrededor del cadáver de la quimera.

Como no pude encontrar nada particularmente importante, pasé al siguiente paso, con la esperanza de aprender más.

Cerrando los ojos, sentí que el éter fluía en mi cuerpo tal como lo había hecho cuando estaba tratando de formar mi núcleo de maná por primera vez.

La totalidad de mis facultades mentales se concentraron en observar cómo se movía el éter dentro de mí, cómo interactuaba con mis músculos, huesos, órganos y cómo se disipaba constantemente de la superficie de mi piel.

Luego, me concentré en los fragmentos de mi núcleo de maná. No pude recolectar o producir maná y la voluntad de dragón de Sylvia ya no estaba allí; eso significaba que no tenía forma de usar vacío estático o corazón del reino físico, pero el caparazón fragmentado de mi núcleo de maná todavía estaba dentro de mí.

Mas, peor aún, el éter estaba disolviendo lentamente los fragmentos de mi núcleo de maná, viéndolos como imperfecciones en mi cuerpo que necesitaban ser desechados ya que no servía para nada.

Pensar que todos los arduos años de trabajo para refinar y fortalecer mi núcleo de maná pronto desaparecerían, envió un dolor agudo a través de mi pecho, y me tomó un gran esfuerzo salir de tal estado.

Fue entonces cuando me llegó la iluminación; el éter vio los fragmentos rotos de mi núcleo de maná como una herida... Sin embargo, debido a que ya no cumplían una función, estaba tratando de eliminarlos de mi cuerpo.

Pero, ¿y si pensara que aún servían?

Mis ojos se abrieron, sorprendiendo a Regis que me había estado observando.

Poniéndome de pie, miré las diversas secciones dónde estaban las uniones de las quimeras para formar a la quimera fusionada, estudié a la criatura una vez más desde un ángulo diferente.

El acto de fusionar los cuerpos de la quimera no fue regenerador ni curativo, pero el hecho de que el éter determinara que este curso de acción era la mejor opción me dijo algo.

Con mi plan solidificándose lentamente, volví a meditar con una leve sonrisa en mi rostro. Como era de esperar, al igual que las quimeras no podían controlar activamente el éter que alimentaba sus cuerpos, tampoco pude manipularlo activamente.

Probé algunas teorías; me lesionaría a propósito para estudiar cómo se comportaría e interactuaría el éter dentro de mi cuerpo dependiendo de la lesión mientras prestaba mucha atención a mis pensamientos. Mis acciones serían consideradas una locura para cualquiera que tuviera aún algo de sentido común, pero no me importaba.

Había aprendido algo fundamental a través de mis batallas contra las quimeras, concretamente, cuando lancé el ataque final contra la quimera fusionada a pesar de que el muñón de mi brazo sangraba profusamente.

Me tomó varias docenas de lesiones confirmar mi hipótesis, pero me di cuenta de que la intención influía en el movimiento de la esencia de éter dentro de mí.

Esto no estaba ni cerca del punto de manipulación como lo había hecho con el maná, pero si pensaba que regenerar cierta parte de mi cuerpo tenía prioridad sobre otra parte, el éter prestó atención a ese consejo.

No pude manipular a la fuerza el éter como lo había hecho con el maná. Pero el hecho mismo de que el éter pudiera ser influenciado para hacer algo tan loco como fusionar múltiples cuerpos significaba que la intención de la quimera lo había engañado.

¿Qué pasa si de alguna manera puedo engañar a la esencia etérea para fusionar los fragmentos de mi núcleo de maná, en lugar de deshacerse de ellos, y hacer que construya un nuevo núcleo sobre el mío roto?

Pero la esencia de éter estaba demasiado dispersa dentro de mi cuerpo. A este ritmo, acabaría lentamente con los restos rotos de mi núcleo de maná en lugar de siquiera intentar fusionarlos.

Pero aun así, podría funcionar... no, tenía que funcionar.

Casi tan pronto como mis pensamientos se solidificaron en una idea real, ya sabía lo que tenía que hacer...

Simplemente no me gustó la respuesta.

La única razón por la que este plan tenía alguna posibilidad de funcionar era porque podía hacer algo que ni siquiera los dragones del Clan Indrath podían hacer.

Dejando escapar un profundo suspiro, metí la mano en mi chaleco y saqué la pequeña piedra iridiscente.

Definitivamente viviré y te traeré de vuelta aquí, Sylv, solo espera.

Decidido, me puse a ello de inmediato, consumiendo la esencia de éter del cadáver de la quimera fusionada a un ritmo rápido.

Incluso después de que mi cuerpo se sobrecargara con esencia de éter y un aura púrpura comenzará a emanar de mi piel, absorbí más esencia de éter, asegurándome de consumirla a un ritmo mucho más rápido de lo que el éter se agotaría en mi cuerpo.

—No creo que comer como glotón sea la forma de manejar esto, jovencito —se rió Regis.

Ignorando a Regis, continué a pesar de que un dolor discordante crecía dentro de mi cuerpo; sentía como si cada músculo, hueso y órgano de mi cuerpo estuviera siendo llenado con líquido hasta el punto de estallar.

Pero esto no era suficiente, necesitaba tanta esencia de éter como fuera posible si quería que mi plan funcionara.

—E-En serio, Arthur, mírate, tienes el cuerpo cubierto de una especie de... Sangre.

“Solo un poco más.”

Incapaz de soportar el dolor creciente por más tiempo, me separé del cadáver de la quimera y me senté.

Regis tenía razón; parecía que estaba sudando sangre, gotas rojas resbalaban por mi cuerpo; mi visión daba vueltas y palpitaba mientras podía sentir mi corazón latiendo locamente dentro de mi pecho.

Controlando mi respiración para evitar desmayarme, agarré una flecha de hueso en el suelo frente a mí y la sostuve directamente debajo de mi caja torácica. —Regis, a la órden colócate justo donde solía estar mi núcleo de maná y vete tan pronto como te lo diga, ¿de acuerdo?

Regis se quedó mirando la flecha afilada en mis manos. —¿Qué planeas hacer con eso?

—¿De acuerdo? —repetí con los dientes apretados, apenas siendo capaz de respirar.

Regis dejó escapar un gemido. —Bien.

Tras la confirmación, clavé la flecha profundamente debajo de mi esternón, en el pequeño espacio justo entre mi hígado y estómago, el lugar donde se encontraba mi núcleo de maná; y solo por si acaso, zarandeé la flecha.

—¿Qué diablos…?

—¡Ahora! —espeté manteniendo mis ojos cerrados en concentración.

Sacando la flecha de mi cuerpo, junté mis manos sobre mi herida mientras Regis volaba dentro de mí.

Inmediatamente, como millones de diminutos insectos arrastrándose dentro de cada centímetro de mi cuerpo, sentí que todo el éter contenido dentro de mí se desplazaba hacia donde estaban Regis y mi herida fatal.

Justo cuando el éter estaba a punto de llegar al área donde se encontraba Regis, doblemente atraído por el fuego fatuo negro y mi herida fatal, le grité para que se fuera.

Una sombra negra salió de mí casi instantáneamente y el éter que se había reunido en las inmediaciones se condensó para curar mi herida.

Cada onza de mi cerebro se concentró en mantener este estado meditativo, formando un núcleo alrededor del éter agrupado donde solía estar mi antiguo núcleo de maná.

Parte del éter se había filtrado para cerrar el agujero debajo de mi pecho, pero debido al peor estado de la lesión justo donde solía estar mi antiguo núcleo de maná, pude atraer la mayor parte.

Entonces, bajo las premisas de: a diferencia incluso de los dragones, poder absorber éter directamente en mi cuerpo; la variable de tener a Regis, quien interactuó de una manera en la que naturalmente atrajo el éter dentro de mí; los fragmentos de mi núcleo de maná aún existían dentro de mí y poder influir un poco en el éter, procedí al paso más importante.

***

El concepto del tiempo perdió sentido para mí cuando se produjo la batalla entre mi cordura y el éter reunido alrededor de las partes fragmentadas de mi núcleo de maná.

No solo necesitaba engañar al éter que rugía en el centro de mi cuerpo para restaurar el núcleo de maná en lugar de descomponerlo, sino que también lo necesitaba para reconstruir mi núcleo de maná roto alrededor del orbe de éter comprimido que había sido engañado para que se reuniera en el punto central.

Si formar mi núcleo de maná por primera vez cuando era un niño había sido difícil, esto parecía casi imposible; cada leve movimiento interno o fuga de intención podría hacer que el orbe condensado de esencia etérica descompusiera mi núcleo de maná hasta que se borrara por completo de mi cuerpo; era ahora o nunca, no había una segunda oportunidad.

Sentí que cada experiencia, cada tribulación por la que había pasado era para este momento; estaba siendo puesto a prueba hasta mi límite máximo, concentrándome por medio de la pura agonía causada por la lesión que me había autoinfligido daba lo mejor para engañar y doblegar bajo mi voluntad a la furiosa bola de poder divino en mi cuerpo.

Finalmente, cuando los últimos fragmentos de mi antiguo núcleo de maná se restauraron, encerrando la agrupación de éter en su interior, mi mundo estalló en un mar de color púrpura.

Cuando volví en mí, sentía como si mi cabeza se hubiera partido en dos y mi respiración era irregular. Al abrir mis párpados, fui recibido con la vista de un Regis sonriente superpuesto en el escenario familiar de paredes marcadas producto de la batalla con la quimera.

—Bienvenido de nuevo, bello durmiente —se rió Regis.

Impulsando mi torso me senté. —¿Qué pasó?

—Bueno, después de que cometiste seppuku y te sentaste completamente quieto durante aproximadamente un día completo, tu cuerpo de repente ardió en llamas púrpuras y luego te desmayaste por otros dos días —explicó la bola negra de llamas antes de lanzarme otra sonrisa. —¡Pero lo hiciste, enfermo bastardo sádico!

“¡Es verdad, mi núcleo!”

Tomándome un momento, me concentré internamente para verificar el estado de mi cuerpo.

Regis tenía razón, lo había hecho... había forjado con éxito un nuevo núcleo; el color me pareció extraño, estaba más cerca de un color rojo, como el magenta, pero aún conservaba el brillo púrpura proveniente del éter.

Había hecho lo que ni siquiera los asuras del Clan Indrath podían hacer.

Había forjado un núcleo de éter.

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